"Y la noche se hizo madrugada y mi corazón seguía latiendo con la misma intensidad de hace 8 años, miro su rostro y sigue más hermoso que antes, muero de ganas por jugar con su cabello, olerlo y elogiarla, me gusta la sonrisa que esboza y la pequeña figura que reflejan mis ojos, quisiera poder decirle lo mucho que me gusta una vez más, que las estrellas nos alumbren y que perdure para siempre, no sé cuando la volveré a ver pero quiero aprovechar cada segundo a su lado y guardarlo celosamente para mi, quiero dedicarle canciones y mis letras, quiero escuchar su voz y sus historias".
Recuerdo que escribía nervioso, el corazón me latía muy fuerte, las manos me sudaban y ella a mi lado tan tranquilo como si fuera lo más normal del mundo, la música de fondo sólo rellenaba ese gran silencio que producía mi inspiración, me distraía al voltearla a ver, me embobada en sus ojos y me perdía viendo sus labios, el tiempo se había detenido por completo en su sonrisa y yo seguía rogando por que nada interrumpiera ese momento, quería tenerla cerca de mi, buscar alguna excusa para acercarme y me di por vencido antes que pudiera encontrar alguna respuesta, nuestra plática seguía extendiéndose y mi corazón no podía ayudar a mi mente, ambos nublados e inundados con su imagen, el tiempo paso y la hora de despedirse llegó, el pecho me molestaba, mi corazón comenzaba a gritar pidiendo que ella se quedará más tiempo conmigo pero no podría pedirle más a esa noche perfecta, fue entonces donde la vi juguetear con su cabello, reír tontamente y abrazar una vieja almohadilla que estaba ahí, parecía una película, me mostró la más perfecta imagen de ella y ahí estaba yo, viendola tontamente sin una palabra en mi boca, me quede mudo, se acercó y me abrazo, el más tierno abrazo que pude sentir, tan confortable, cálido y lleno de cariño, era un abrazo sincero que me petrifico, me dio un beso en la mejilla y el tiempo parecía detenido completamente, el instante quedó guardado para siempre en mi mente y yo podría morir feliz en ese preciso instante, un simple mortal como yo tenía la suerte de recibir tanto afecto de ella aquel día, comencé a temblar por dentro, y como si de un manga shoujo se tratará, me vi protagonizando el mejor escenario posible, acercó su rostro al mío y me quito el poco aliento que me quedaba, me quedé petrificado y como si de magia se tratará comencé a recuperar los sentidos poco a poco, sus labios se encontraban junto a los míos, no podía asimilarlo aún, de pronto un suave y delicado roce recupero mis sentidos, se sentia humedo y calido, fresco y agradable como una brisa de primavera en medio de una calurosa noche de Mayo, mi mano podía sentir la perfecta cintura de su cuerpo que parecia mentira, mis ojos completamente cerrados comenzaban a entreabrirse y ver en la penunbra que nos rodeaba, podía ver su cabello caer sobre nuestros rostros mientras mi olfato podía oler perfectamente su aroma, el único aroma que siempre recuerdo de ella, estaba ahí siendo besado por la chica que me gustaba desde hace muchos años y que no podía negar sentirme fuertemente atraido, siempre al verla era la misma sensación de perdida y cobardía que encuentro a encuentro siempre estaba tan cerca y lejos a la vez, despues de un par de besos más se detuvo, no podría pedir más que eso, no importa el motivo, la razón o que haya llevado a aquel beso, no me importa, soy feliz, la chica que me gusta me ha besado y mi corazón lo agradece con un latido contento, no sé a quién agradecer, a un dios, al tiempo, al destino, por darme la oportunidad de besarla una vez más.
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