Me
gustaría poder marcarte ebrio a las 3 de la mañana y culpar al alcohol de mis
decisiones, me gustaría tener una excusa para poder hacerle caso a mi
subconsciente, escuchar mi corazón y tener el valor de hacer lo que resisto,
quisiera escribirte libremente y que pudieras leerme sin problemas, me
encantaría poder escucharte de nuevo, saber de ti y encontrar nuevos temas de
conversación entre risas y pensamientos vagos, que te cuento, me encantaría
verte una vez más pero no es así, nada lo es y tu vives tu vida, escribes,
escuchas, sientes y ves a alguien más y yo también lo hago, no es justo para
nadie pero nuestros caminos están separados, al menos 740 kilómetros, mientas
yo te escribo en mi teléfono de camino a casa y tu quizá estés de camino a la tuya,
hace un año no dejaba de pensarte y no quería dejar de hacerlo y hoy me resisto
a dirigirte la palabra para no meterte en problemas, pero hay días como hoy que
pase lo que pase, aun en medio de las tenues luces de la ciudad que adornan las calles en esta inmensa oscuridad, tu no sales de mis palabras ni de mis pensamientos.
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