Columpios

En sus labios pude encontrarme cómodo, mis manos rodeaban su cintura mientras ella abrazaba mi espalda, su cabello se acomodaba sobre sus hombros y cada cierto tiempo me tomaba la molestia de acariciarlo para descubrir su suave y delicado cuello, el viento era suave y daba un ambiente perfecto, la luz tenue que nos cubría y el silencio que nos inundaba en ese pequeño parque, los columpios solitarios y uno que otro carro pasaba como tratando de evitar molestarnos, sus manos y su nariz estaban algo frías pero podía sentir la calidez de su corazón y sus emociones en ese instante, como si de un acto defensivo se tratara se alejaba unos pocos centímetros de mi rostro para poder verme a los ojos, recuerdo sus besos cálidos que subían la frecuencia siendo más apasionados y sinceros y entre cada secuencia de ellos podía sentir su sonrisa que delataba un ambiente agradable, yo en verdad no guardaba silencio y decía todo lo que tenia en mente, no podía callarme, mi corazón hacia demasiado ruido y ella lo estaba notando, era como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante, sentía como si la hubiera conocido desde siempre y sólo estaba esperando a reencontrarme con ella como en ese momento, la poca vergüenza que me quedaba se iba desvaneciendo con cada beso, quería sostenerla en mis brazos para siempre y sólo podía repetirle a cada rato lo mucho que me gustaba ella y lo bonito que era aquel instante, mi mente estaba completamente despejada y sentía una tranquilidad enorme frente a ella, sentía una necesidad enorme de saludarla, decirle hola tantas veces posibles para que supiera que acababa de encontrarla en mis pensamientos y se asomaba en mis emociones, no estoy seguro que pueda suceder y siendo honestos no me interesa pensar en ello, sólo quiero verla una vez y después de eso otra vez y así hasta el fin de los tiempos, no sé que podría sentir ella pero yo estoy completamente seguro que no me había sentido tan cómodo con alguien antes como me sentí aquella noche al besarla frente a aquellos columpios