De pronto todo empieza a colapsarse y a salir mal, uno tras otro y como si el propio impulso de nuestra caída afectara a nuestro siguiente paso seguimos cometiendo errores que nos van dañando y rompiendo por dentro, no podemos ser tan fuerte para soportarlo y todo lo que necesitamos es un fuerte abrazo sincero para poder dejar caer nuestras lagrimas de la forma mas honesta posible, no se siente nada bien estar en esta situación, comienzan los auto reclamos, los hubiera, los quizá y las suposiciones, al final de cuentas ya ocurrió la desgracia y ahora solo estamos viviendo las consecuencias de ello.
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