Te he querido contar muchas cosas, quisiera inundarte en mis letras y en mis palabras, pero la verdad no se me ocurre ni una sola historia, ni quiero aburrirte de tanto leerme o escucharme, siempre termino soltando demasiadas frases que termino perdiéndome en ellas, te quisiera dedicar cada texto que imagino, cada pequeña frase que escribo o cada sentimiento que involucro por que esto es lo único que se hacer, escribir como un demente aficionado que te piensa mientras redacta, por que no puedo tocar más de 5 acordes sin tener que ver alguna partitura, ni sé bailar y mucho menos cantar para dedicarte otras cosas, sólo puedo dejarte mis pensamientos, que ahora son tuyos, así como tu me has regalado tus sonrisas y tu tiempo.
Si me dejas ser honesto quiero decirte que disfruto mucho escuchar tu voz, mientras entonas algunas canción a medias, cuando ríes a carcajadas feliz por alguna broma tonta, cuando imitas otras voces o cuando intentas contarme una anécdota me fascina cuando te molestas, me hace sentir realmente importante para ti, el hecho de que me contestes molesta por alguna frase, palabra, o algún tema del que hablemos y no te agrada, me encanta como el tiempo pasa tan rápido y no pueda darme cuenta que es de madrugada, incluso me sorprende que aún no te hayas cansado de lo molesto que soy, estoy consciente que vivimos lejos, pero eso no impide que mi corazón se emocione al escucharte, que mi sonrisa se extienda de extremo a extremo cuando el teléfono suena con tu nombre o cuando al marcar y después de varios sonidos intermitentes escucho tu suave y delicada voz.
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